El Festival de Poesía de Maracaibo revivirá la tradición con los Juegos Florales

El jueves 11 de septiembre de 2025, a las cinco de la tarde, la Sala Baja “Sergio Antillano” del Teatro Baralt será escenario de los tradicionales Juegos Florales de Maracaibo, una actividad que rescata una práctica literaria histórica y la adapta a la sensibilidad contemporánea. En el marco del 11º Festival de Poesía de Maracaibo, esta competencia poética reunirá a cinco autores marabinos: Eduardo Bravo, Carlos Paul Gutiérrez Reales, Luis Manuel Torres Aguilar, Alirio J. Hernández y Daniel Hernández Luengo, quienes pondrán su voz a prueba frente al público y el jurado.

La dinámica de los Juegos Florales conserva su aire romántico y ceremonial. Cinco destacadas damas de la ciudad tendrán en sus manos tres flores cada una, y tras escuchar a los participantes, entregarán sus flores a los poetas cuyas palabras les conmuevan más profundamente. Al finalizar la jornada, el autor que reciba la mayor cantidad de flores será proclamado ganador, en una ceremonia que combina el espíritu lúdico con el reconocimiento simbólico de la creación poética.

Este ritual, heredero de las antiguas justas literarias medievales y cultivado en la tradición hispánica, adquiere en Maracaibo un matiz propio, en el que la poesía se celebra como un acto de galantería, sensibilidad y competencia amistosa. Para los asistentes, no se trata solo de presenciar un certamen, sino de vivir una experiencia cargada de estética, tradición y emoción, donde cada flor entregada se convierte en un voto de confianza hacia la fuerza de la palabra.

Los Juegos Florales de Maracaibo son también una forma de rendir homenaje a la historia literaria de la región, que durante siglos ha visto en la poesía un espejo de su identidad cultural. Al integrarlos en la programación, el festival reafirma su vocación de combinar lo innovador con lo clásico, lo contemporáneo con lo tradicional, manteniendo vivo un legado que forma parte de la memoria cultural de Occidente venezolano.

Con esta actividad, el festival demuestra que la poesía no solo se escucha, sino que se celebra con ritos, símbolos y gestos que hacen de la palabra un acontecimiento estético y social. Los Juegos Florales, con su mezcla de solemnidad y alegría, confirman que Maracaibo sigue siendo un territorio donde la poesía florece en todas sus formas.

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