Josué Andrés Moz – 10mo Festival de Poesía de Maracaibo

Josué Andrés Moz (San Salvador, El Salvador. 1994)

Desde muy joven, se sintió atraído por las artes, comenzando a escribir poesía y explorando otros géneros literarios como la dramaturgia y el cuento. Sus influencias literarias incluyen a Raúl Contreras, Roque Dalton, y Leopoldo María Panero, lo que ha moldeado su estilo poético y su visión del mundo.
Actualmente, Josué está cursando la Licenciatura en Letras en la Universidad de El Salvador, donde ha combinado su formación académica con su carrera literaria. Su dedicación a la literatura y las artes le ha permitido participar activamente en la vida cultural de su país.
Moz ha publicado varios libros de poesía, entre los cuales destacan «Carcoma» (2017) y «Pesebre» (2018), ambos con Editorial La Chifurnia. Además, ha lanzado «Babel» (2020) y «El libro del Carnero» (2021), mostrando una evolución en su estilo y temática. Algunos de sus poemas han sido traducidos al inglés, italiano, árabe y francés, ampliando su alcance internacional.
Es conocido por su participación en diversos festivales y congresos literarios, incluyendo el Festival Internacional de Poesía de Aguacatán (Guatemala, 2018), el Primer Encuentro Centroamericano de Escritores Edilberto Cardona Bulnes (Honduras, 2018), y el trigésima edición del Festival Internacional de poesía de Medellín (2020). Además, ha sido co-editor de la Revista Ars poética 1970 y ha participado en eventos como el ANTIFIL (2021) y el 15vo Festival Mundial de Poesía de Venezuela.
Moz ha sido miembro del equipo coordinador del Festival Internacional de Poesía “Amada Libertad”, y dirige los ciclos permanentes de poesía “Los Heraldos Negros” y «La noche del Albatros». También es miembro del Encuentro de Poesía de San Salvador, evidenciando su compromiso con la difusión y la creación poética.
En 2015, ganó el II Concurso internacional de poesía Altino en Italia, un reconocimiento que subraya su impacto en la poesía contemporánea. Su trabajo ha sido destacado en diversas antologías y revistas literarias, y ha sido jurado en concursos de poesía, como el certamen de poesía “Chalatenango escucha mi voz” en 2014.
A través de su blog «Bohemia Avenida», Josué ha compartido parte de la actividad artística contemporánea, manteniendo un vínculo directo con su audiencia y con la comunidad literaria. En los últimos años, su obra ha sido objeto de análisis y crítica literaria, y ha participado en eventos que reflejan su crecimiento y reconocimiento en el ámbito de la poesía hispanoamericana.
Josué Andrés Moz no solo se ha consolidado como una voz emergente en la poesía salvadoreña sino que también ha trascendido fronteras, convirtiéndose en un referente de la nueva poesía latinoamericana. Su dedicación a la gestión cultural y su constante producción literaria lo mantienen como una figura clave en el panorama cultural de El Salvador y más allá.

Selección poética

Revelación

Quizá la primera gota de sangre sobre mi camisa
fue la última estrella que calcinada
brillaría en el prisma de mi infancia
como una señal siniestra
de que estos lamentos
jamás abandonarían mi costado

Recuerdo a mi madre al otro lado del muro
masticando la muerte de mi hermano cada noche
para que el musgo amargo
no creciera amarrado con su agonía sobre mi carne

También recuerdo que mi padre era ajeno a esta cruz
y que sus palabras eran látigo certero frente a las mías

A estas alturas en que padezco mi soledad
aún escucho el perpetuo reclamo de mi alma
porque mis brazos siempre fueron demasiado cortos
para acariciar los restos de su ternura

Ambos tiramos los dados
y jugamos a sepultar nuestros puños en la mirada del otro
y a fundar bosques de sangre alrededor de nuestras pupilas

Veo cómo crece el más pequeño de mis hermanos
y tengo miedo de que esta herida perfore hasta su hueso
y que aún en la compañía de mi abrazo comprenda

que siempre ha estado solo.

Del libro ‘’Carcoma’’ (2017)

RECOMENDACIÓN PARA EL BUEN LECTOR

No odies a la hormiga que devora al pájaro,
ni ames al perro doméstico que lame los huesos:
esto que digo es una alfombra peligrosa,
un ojo cayendo desde todos los balcones.

Toda la belleza cabe en el vientre del gusano.

Toda amargura puede ser dicha desde los labios del silencio.

Percibir el poema no es haberlo entendido todo,
ni sentir amor por el lirio que ya es hermoso.

Percibir el poema es una promesa con el vacío:
saborear la gota de sangre
que se queda en la boca.

Del libro «El libro del carnero» (2021)

HOUSE OF CARDS

Para mí, ser yo mismo no es suficiente,
¡dejadme ser todo el mundo!
Yevgueni Yevtushenko

Adónde banderas orgullosas para vaciar nuestra fe
adónde el abrazo que nos evita
empacar hijos propios en el amor extranjero
de los mares y los desiertos.
Joaquín Prada

He recibido el amor suficiente
y todavía llevo la orfandad como bandera.

He nacido tantas veces en tantos años;
hijo ilegítimo de la contradicción,
primogénito de una rabia
que espejea su rostro con el amor.

Una casa es incapaz de salvarte de un país.

El terror más puro cierra su párpado sobre nuestra sangre,
y comparto esta lágrima, esta espina,
estos látigos escritos como rieles en la mirada.

A lo largo de los años,
nos han dicho que Cristo fue capaz de caminar sobre las aguas,
pero nadie nos confiesa que, bajo aquellos pies,
eran sólidos los cadáveres, y firmes los llantos de dura sal.

Algo queda de esta tierra en la boca de mis hijos,
un tatuaje oscuro que les corta la lengua,
que les inaugura una vergüenza inédita por sus primeras palabras.

Gasa diminuta es mi último abrazo,
y soy aquella niña que recuerda a su madre
con una sonrisa de alambres torcidos
en medio de los coyotes.

Soy ese lenguaje de las arañas
y su geometría adivinando el vacío,
en algún vagón cargado de combustible y lamentos.

En esta baraja de nombres:
ninguno de nosotros importa.

Y es la frontera un corazón que palpita en nuestras bocas,
a la hora en que habremos de soltar las cenizas de nuestro último beso.

El cementerio del lenguaje es un cementerio de historias ocultas.

Yo escojo leer los nombres, recoger el musgo,
y en medio del llanto: masticarlo como el pan.

Del libro «Revólver» (2023)

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